La civilización popular está repleta de individuos que han dejado una marca indeleble en la cabeza colectiva durante los años. Desde héroes valientes hasta villanos icónicos, estos individuos han trascendido las páginas de libros, las pantallas de cine y los pixeles de los videojuegos para transformarse en una parte de nuestro imaginario colectivo.
Algunos de estos personajes son reconocidos instantáneamente en el mundo entero. Batman, el Caballero Oscuro de Gotham, es un ejemplo perfecto de esto. Su imagen, con su propia capa y su logo de murciélago, es homónimo de justicia y pelea contra el delito. De igual forma, Superman, el último hijo de Krypton, encarna la promesa y el ideal del héroe indestructible que pelea por la verdad, la justicia y el modo perfecto de vida estadounidense.
No todos los personajes simbólicos son héroes, no obstante. Los villanos asimismo dejaron su huella en la civilización popular. Darth Vader, el icónico señor Sith de "Star Wars", es un ejemplo perfecto de un villano que trasciende las fronteras del cine para convertirse en un símbolo del lado oscuro. Su máscara y su respiración característica son identificables al instante y evocan un sentido de miedo y autoridad.
Aparte de los héroes y villanos, también existen personajes mucho más ambiguos que han capturado la imaginación del público. Sherlock Holmes, el listo detective desarrollado por Sir Arthur Conan Doyle, es un caso de muestra de esto. Su mente analítica y su capacidad para solucionar los misterios más complicados lo convirtieron en un personaje eterno que prosigue maravillando a generaciones de leyentes y espectadores.
La cultura habitual está llena de personajes que encarnan valores y arquetipos universales. Desde los Mira aquí héroes clásicos hasta los villanos memorables, estos individuos han dejado una marca perdurable en la cabeza colectiva y siguen inspirando y entreteniendo a personas de todas y cada una de las edades y procedencias.